ATIENDE A MÁS DE 7.000 BENEFICIARIOS EN LA PROVINCIA DE CÁCERES A TRAVÉS DE 103 INSTITUCIONES SOLIDARIAS

El Banco de Alimentos de Cáceres no cierra en agosto por la continua demanda

Los voluntarios prescinden este año del descanso para no detener los repartos, debido a los numerosos hogares que necesitan más ayuda

Acuden cada mañana a los supermercados para recoger los artículos de pronta caducidad

Voluntarios del Banco de Alimentos de Cáceres, en el interior de las instalaciones, en el silo de Aldea Moret.

Voluntarios del Banco de Alimentos de Cáceres, en el interior de las instalaciones, en el silo de Aldea Moret. / LORENZO CORDERO

El Banco de Alimentos de Cáceres no cerrará un solo día del mes de agosto por primera vez en muchos años. Esta vez no habrá descanso general. Los voluntarios están haciendo un horario más restringido para seguir recogiendo los víveres cedidos por las cadenas de supermercados, y posibilitar que lleguen a las personas que tienen menos recursos.

Con una inflación que no cesa, y con unos salarios que no suben, los responsables de esta ONG aseguran que los repartos de alimentos que se venían haciendo cada mes y medio, o cada dos meses, ahora no son suficientes y se deben realizar cada mes. «Antes, los beneficiarios completaban estas entregas con algunas compras por su cuenta, pero ahora les ahogan otros gastos y prácticamente viven de lo que les ofrecemos, por eso no podemos parar y estamos adelantando un poco los repartos», explica el presidente, Juan Carlos Fernández Rincón.

Y es que la labor de la entidad resulta crucial. No atiende directamente a las personas, sino que surte a las 103 instituciones cacereñas que las auxilian, y de las que dependen entre 7.000 y 8.000 beneficiarios en la provincia. «El año pasado, por ejemplo, cerramos un par de semanas para dar descanso a todos los voluntarios, pero ahora no podemos. Estas circunstancias nos han llevado a programar un horario restringido por las mañanas para mantener la recogida en los supermercados y las atenciones más urgentes», detalla Juan Carlos Fernández Rincón. A efectos administrativos sí se ha realizado una pausa que concluye este lunes, pero los teléfonos y la página web han estado atendidos a diario.

Las salidas que se vienen realizando por las mañanas, y que no se han interrumpido, tienen como fin recoger los productos que grandes supermercados retiran de sus estanterías al acercarse su fecha de caducidad (las denominadas ‘mermas’). «Lógicamente tienen menos atractivo para el cliente, que prefiere comprar otros con mayor plazo, por eso nos hacemos cargo de ellos a través de un convenio firmado con las cadenas y los repartimos entre instituciones que por su volumen de personas sí van a darles salida antes de que caduquen», explica Juan Carlos Fernández Rincón.

La situación se está complicando desde 2022. «Suben los precios, pero no los sueldos. Si antes las familias que necesitan asistencia podían aportar de su pequeño sueldo un poco más a su despensa, porque siempre hablamos de personas con sueldos mínimos, cada vez se ven más limitadas después de pagar la electricidad, la ropa o el material escolar. Ya no les queda para nada más y nos piden que adelantemos leche o alimentos básicos», señala Rincón. De las 103 asociaciones a las que envían sus ayudas, hay algunas como ACISJF o Utopía con cientos de ciudadanos que precisan apoyo. Cabe recordar que Cáceres registra una de las rentas por hogar más bajas de España.

Dieta completa

Entre los productos que les entregan habitualmente los supermercados hay artículos de primera necesidad como carne, pescado y mucha fruta y verduras que se distribuyen al instante. Los repartos de mayor volumen, en los que se incluyen los excedentes que envía Europa, llevan leche, aceite, pasta o legumbres. El Banco de Alimentos de Cáceres los completa con sus propias compras: «por poner un ejemplo, incorporamos los complementos del cocido para añadir a los garbanzos. Intentamos facilitar una dieta completa, una variedad como la que cualquiera de nosotros buscamos en casa». De ahí que además aporten a las cestas galletas, zumos, caldos, productos de higiene y limpieza, detergentes, pañales y alimentación infantil… «Tenemos que cubrir todo lo posible». Y de ahí la necesidad de las donaciones que realizan los ciudadanos durante las campañas.

Este trabajo es realizado por unos veinte voluntarios que nunca faltan a su cita. Tienen un firme compromiso con sus horarios y además muchos de ellos también apoyan otras causas solidarias. Cuando llegan las grandes cuestaciones (Navidad) necesitan la ayuda de más ciudadanos, que por el momento tampoco fallan

Suscríbete para seguir leyendo