Radiografía de la zona empresarial. reivindicaciones de los afectados

La desidia de Capellanías en Cáceres

Tras el último robo, los directivos de Apilca exigen que haya más seguridad y se quejan de que sirve como vertedero

La actual corporación municipal afirma que tiene el compromiso de elaborar actuaciones para mejorar el área industrial

Desde los años 80, cuando comenzaron a irse las primeras empresas al polígono industrial de Las Capellanías, no hay un solo empresario que piense que el área haya ido a mejor. Con cualquier persona que hables, si tratas de dar un paseo por alguna de las calles que forman uno de los pulmones empresariales de la ciudad, te contará que la decadencia que han sufrido ha sido paulatina desde, prácticamente, la construcción de las primeras naves. 

Si te propones echar un vistazo en profundidad ahora mismo por la amplia área industrial tan solo podrás encontrar un asfaltado en mal estado; el acerado levantado en muchos puntos porque los camiones, en ocasiones, tienen que cruzarlo; una vegetación que, o está seca, o está descuidado hasta el punto de obligar a los viandantes a tener que meterse en la carretera para poder continuar andando; unos contenedores que están siempre llenos de basura por la escasez de ellos que hay; coches que circulan en dirección prohibida, o porque se pierden, o porque no tiene explicación que tan solo haya una calle que sea de doble sentido; y, si tienes la mala suerte de que haya caído un chaparrón en las horas previas, también habrá charcos en algunas de las calles porque las bocas de los imbornales están llenas de tierra y hojas y no les permite tragar el agua.

Pero no son los únicos problemas que tiene el área empresarial. Es algo habitual que se denuncien robos de forma semanal por la escasa seguridad de la que dispone el polígono. En la noche del viernes 13 de octubre entraron a robar en el gimnasio de crossfit OnlyBox, ubicado en la calle Hojalateros. Todo ocurrió cuando los esfuerzos policiales se centraban en tratar de controlar que en el festival Extremúsika no se cometiesen delitos. Mientras tanto, y sin ningún tipo de oposición, forzaron la puerta principal y se llevaron la escasa cantidad de dinero en efectivo que tenían en la caja, un ordenador de gestión y la máquina expendedora del local, que apareció al día siguiente en los aparcamientos de la nave del grupo Pebetero, justo al lado, rota y sin dinero.

Cámaras para remediarlo

Por este motivo, desde la gerencia se vieron obligados a tratar de remediar que vuelva a ocurrir de la misma forma que hacen en el resto de empresas: instalando cámaras de seguridad y reforzando los accesos a título particular para «hacer la guerra cada uno por su cuenta». Hoy en día, es la única forma de defenderse de los robos, aunque todavía hay quien se resigna a utilizarlas: «¿Para qué voy a ponerlas? Entonces entrarían porque pensarían que aquí sí que hay algo de valor, pero ya hace tiempo que nos llevamos todo lo que nos pueden robar», dicen dos empresarios. 

Hace tiempo sí que disponían de vigilancia en el polígono durante las 24 horas del día en una garita ubicada justo al principio de la vía principal, la calle Herreros, pero cuando el encargado de vigilar la zona se jubiló, no contrataron a nadie y perdieron ese servicio. Sin embargo, desde la directiva de la Asociación del Polígono Industrial de Las Capellanías lo tienen claro: «La solución pasa por delimitar y vallar todo el recinto para que así no pueda entrar nadie. También un control en todos los accesos durante todo el día y cámaras de videovigilancia», explican. 

La presidenta de Apilca, Emilia Casado, habla de una vulnerabilidad por los cuatro costados del área empresarial porque es consciente de la forma en que se producen los robos allí. «Aquí no llegan y entran por las entradas principales como si nada, no. Los ladrones entran por cualquier parte del recinto y cuentan con un compinche, que está por la zona del camping o del estadio Príncipe Felipe, que les avisaría en caso de que llegase algún coche de policía», sentencia.

Problemas en los inicios

Los propietarios cuentan también otro de los grandes problemas que sufrió el polígono desde, incluso, antes de que fuese considerado como tal. Para poder quedarse con una parcela, la única obligatoriedad era la de realizar una construcción que ocupase, como mínimo, una tercera parte del terreno. Los bajos precios y las escasas condiciones hicieron que las compras se hicieran de forma desmedida. También provocó que esas condiciones ni siquiera se llegasen a cumplir. 

Pero eso fue en la década de los 80. Lejos quedan ya aquellos temas, ahora las preocupaciones son otras. Por ejemplo, y según cuentan los mismos protagonistas, es muy complicado acceder en el polígono para unos de los principales actores en este tipo de terrenos: los tráileres. En primer lugar, porque las entradas a través de las rotondas son complicados para camiones tan largos, y luego porque les cuesta conseguir entrar en las naves debido al alto número de coches que hay aparcados en las inmediaciones.

Búsqueda de soluciones

Apilca lleva enfrentándose a los problemas desde hace varios años para tratar de ponerle una solución definitiva a todos y cada uno de ellos. Después de que todos los Gobiernos locales les prometiesen actuaciones que luego no han cumplido, tienen confianza en que el ejecutivo de Rafael Mateos sí que cumpla con lo que les llevan diciendo desde hace años: «El actual alcalde estaba dispuesto a ayudar al polígono antes de tomar posesión del cargo, creemos en él porque llevan escuchando nuestras demandas desde hace tiempo y tiene un compromiso en firme de hacerlo. Ahora necesitamos un calendario de todas las actuaciones que se van a llevar a cabo en nuestra zona durante los cuatro años de su mandato. En la ciudad, cuando pasa algo, se intenta solucionar cuanto antes. Queremos que aquí sea igual», recalcó Casado.

No es que Casado considere al polígono como un barrio más de la ciudad. Es que, según ella, es el pulmón empresarial de Cáceres: «Son 350 empresas las que hay aquí. Somos el motor que hace que todo se mueva. Todo lo que llega hasta allí, sale de aquí. Y el pulmón empresarial de una ciudad no puede estar cómo está este sitio». No dejó pasar la oportunidad para compararlo con otra área similar en la que estuvo en la Comunidad Valenciana, donde se sorprendió de lo bien cuidada que estaba. 

El ayuntamiento

En una de las últimas reuniones que mantuvieron con el consistorio, les transmitieron una serie de demandas entre las que se incluían el tema de las basuras con vertidos ilegales, poda y desbroce de la vegetación, limpieza de alcantarillado, reparación de baches y pintura de viales, solucionar las zonas que se inundan, el alumbrado que a veces no funciona, reponer las rejillas de los imbornales, una rotonda en la entrada principal para prevenir los accidentes, que se ponga una fecha a todas estas actuaciones y se comunique en una rueda de prensa conjunta del consistorio con la asociación para que el compromiso sea en firme.

Por parte del Ayuntamiento de Cáceres, Rafael Mateos afirmó que sí que existe ese compromiso para mejorar la situación de Capellanías. «En el polígono se necesitan inversiones para mejorar las infraestructuras. Tiene que ser de primera si queremos atraer esas inyecciones económicas y que la gente que está allí no se vaya. Tenemos una relación muy fluida con los empresarios y ellos tienen la información de primera mano», explicó el regidor.

Vertidos ilegales

La queja principal y cuya situación están tratando de revertir es que el área sirve como vertedero para las empresas de construcción ilegales de la ciudad. «Nosotros nos vamos el viernes de aquí y todo está limpio, el fin de semana no trabaja nadie y cuando llegamos el lunes por la mañana nos encontramos con una cantidad de vertidos procedentes de obras que da vergüenza. Todos los contenedores están llenos de cascotes y también los dejan por las aceras y por las traseras de las naves». Casado establece una diferencia entre este tipo de constructoras, que trabajan al margen de la ley, y las que sí son legales, puesto que las segundas pagan contenedores en los que dejar los restos para luego llevarlos al punto limpio y llevan sus reciclados a los puntos autorizados.

«Loza de baño, bidés, lavabos, escombros, puertas... Es que está claro, son empresas que trabajan de forma ilegal y que el polígono les sirve como punto de vertido de todo el material de esas obras. Es una falta de responsabilidad tremenda. Habría que hacerle un llamamiento, un seguimiento y denunciarlo. Se lo hemos requerido al ayuntamiento también», sentencia Casado.

Señalización

No es el único problema del área industrial. También la señalización, que en algunos casos es incomprensible, es otro de los ejemplos de lo que más se quejan desde Apilca. Las vías de sentido único provocan que, en ciertas ocasiones y dependiendo del destino, tengas que dar vueltas con el coche de más de dos kilómetros de distancia cuando, en realidad, no hay más de 300 metros entre los dos puntos. ¿Y qué provoca esto? Que los coches no hagan caso a la señalización y prefieran saltarse las direcciones prohibidas, sabiendo que el número de denuncias es mínimo en la zona por la escasa presencia policial.

Además, en este mismo ámbito, hay señales que ya no se pueden ver porque han sido tapados por los árboles, que han crecido de forma descontrolada hasta que han logrado evitar que puedan verse desde los coches. También las hay que están dobladas por las fuertes rachas de viento y otras que han perdido sus tornillos y están despegadas. 

El mal estado de las vías es otro de los motivos por los que los empresarios se han movilizado. El acerado está levantado en numerosas calles porque los camiones tienen que atravesarlo para acceder a las naves. También consideran muy necesario que sean asfaltadas de nuevo las calles, ya que no recuerdan la última vez que lo hicieron. Además, los pasos de peatones y las líneas de la carretera necesitan ser pintadas porque el tiempo ha borrado el color. 

Otro de los problemas que sufren es que no se poda la vegetación del área industrial, por lo que están obligados a hacerlo cada empresario para que sus fachadas estén acondicionadas. También piden que se cambien las rejillas de los imbornales para que puedan absorber el agua cuando llueve y no se formen charcos en puntos del polígono, como en la calle Molineros (donde está instalado Catelsa).

El polígono de Capellanías está en un "deleznable" estado por la inacción de las corporaciones municipales, pero desde Apilca esperan cambios, tras la llegada de Rafael Mateos a la alcaldía, que conviertan la zona en un puntal de la ciudad.

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