Avanza el mapa SOS que protege a los cacereños

Las aperturas en los dos últimos años de Trujillo y Jarandilla elevan a siete los parques de bomberos, a los que se sumará Guadalupe, con la obra ya lista

Prácticas diarias 8 Bomberos de Trujillo realizan un simulacro de intervención en accidentes de tráfico.

Prácticas diarias 8 Bomberos de Trujillo realizan un simulacro de intervención en accidentes de tráfico. / CARLOS GIL

La provincia cacereña, la segunda mayor del país (en ella cabe casi tres veces todo el País Vasco), tiene grandes distancias a cubrir en caso de emergencia. Por ello, a los cinco parques del SEPEI ya existentes en Cáceres, Plasencia, Coria, Navalmoral y Valencia de Alcántara, se han unido Trujillo y Jarandilla en los dos últimos años, y el próximo será Guadalupe, construido y en fase de dotación. Un dato lo dice todo: la apertura de Jarandilla ha reducido el tiempo de respuesta en la comarca en 30-40 minutos (hasta ahora acudían desde Navalmoral), un intervalo decisivo para salvar vidas.

«Se trata de articular una red de parques eficiente», explica el responsable del SEPEI en la Diputación Provincial, Alberto Ortega Villarroel. Según su balance, durante 2023 se atendieron 2.200 intervenciones, la mitad incendios, pero también rescates en accidentes, inundaciones, árboles caídos… Las incidencias se mantienen estables en los últimos años.

Para cubrirlas, los siete parques abiertos tienen 235 bomberos. Se organiza en seis turnos, que se comprimen en tres durante el verano. Los más pequeños suelen disponer de unos 4 profesionales por turno, 6 en Plasencia y entre 8-10 en Cáceres. «Estudiamos la manera de aprovisionar empleos públicos de una manera más ágil, no solo para contratar al personal que necesitará Guadalupe, sino para ampliar en general los efectivos con el fin de seguir mejorando la cobertura», subraya el diputado. Existen además dos parques auxiliares en Gata y Nuñomoral para incendios forestales.

El servicio de bomberos supondrá este año a las arcas de la Diputación 23 millones de euros, entre personal, vehículos, recursos... Cáceres y Plasencia están consorciados porque, por población, les correspondería tener sus propios parques. Solo la apertura del último, en Jarandilla, hace menos de tres meses, ha supuesto 3 millones de euros con 400.000 euros más para equipamiento: «1 autoescala, 1 autobomba forestal, 1 autobomba de rescate y salvamento, 1 autobomba ligera, 1 vehículo ligero con bomba de alta presión y 2 vehículos ligeros», detalla Santiago Hernández, jefe del SEPEI. Es prácticamente la misma dotación que en el resto de parques comarcales, con 25 trabajadores.

Jarandilla ya ha asumido la protección de 22.500 habitantes en unos 720 km2, que alivia la carga de Navalmoral. Por su parte, Guadalupe tiene su edificio levantado con 600.000 euros, y se equipará a lo largo del año con otros 400.000. El diputado y el jefe del SEPEI explican la complejidad de crear un parque desde cero: «las contrataciones llevan su tiempo, y además hay que trasladar a mandos veteranos, lo que supone otro reajuste del resto de parques, como ha ocurrido con Jarandilla».

Recalculando rutas

Así se va reduciendo el tiempo de intervención en la provincia. Es cierto que la mayoría de la población cacereña vive próxima a amplios núcleos donde los bomberos llegan en minutos, y que existe colaboración con el SEPEI de Badajoz para atender con más rapidez la zona de Miajadas y el suroeste provincial. Las más alejadas en estos momentos son Las Hurdes y Villuercas, donde abrirá Guadalupe.

En todo caso, Santiago Hernández recuerda que las nuevas herramientas informáticas «permiten ir optimizando las rutas para llegar cuando antes al objetivo», porque «cada minuto es crucial en una emergencia».