Anuario 2023: EXTREMADURA

El año del cambio político

Extremadura ha estrenado este 2023 su primer gobierno de coalición, formado por PP y Vox, tras tensas y contradictorias negociaciones

Los populares han cogido las riendas por segunda vez en democracia, esta vez, con María Guardiola al frente, primera presidenta de la comunidad

La líder del PP, María Guardiola, en la noche electoral del 28M.

La líder del PP, María Guardiola, en la noche electoral del 28M. / EL PERIÓDICO

Rocío Sánchez Rodríguez

Rocío Sánchez Rodríguez

Primera mujer presidenta. Primer gobierno de coalición. Primera vez que un miembro de Vox se convierte en consejero. Extremadura ha estrenado este 2023 un nuevo contexto político. Las elecciones autonómicas celebradas el 28 de mayo cambiaron las reglas del juego. El PSOE ganaba la votación pero al límite, de manera que no solo perdía su mayoría absoluta, sino que Guillermo Fernández Vara no contaba con escaños suficientes para pactar con Podemos. Por el contrario, el bloque de derechas sí sumaba suficientes apoyos para coger las riendas de la región. 

Aquella noche de infarto del 28M, donde la sede del PSOE era un velatorio y la del PP una fiesta, la líder de los populares extremeños, María Guardiola, salía al balcón para celebrar su triunfo y reafirmar que «Extremadura había pedido cambio».

Pero Guardiola tenía por delante un escenario complicado. Basó parte de su campaña electoral en repetir sin cesar que nunca pactaría con Vox, que jamás sentaría a un miembro de la ultraderecha en su Consejo de Gobierno. Pidió que la dejaran mandar en solitario, pero Vox ya había evidenciado que aspiraba, como mínimo, a una consejería.

La aritmética electoral estaba clara: el PP necesitaba a Vox para entrar en la Junta de Extremadura. No había otra opción posible. Ni el PSOE se iba a abstener para que Guardiola gobernase en solitario (con la justificación de que ellos habían ganado las elecciones) ni el PP lo haría (argumentando que Extremadura «había pedido cambio»).

Condenados a entenderse

La realidad que habían dibujado las encuestas decía que los populares y los de Abascal debían entenderse en Extremadura, como ya lo estaban empezando a hacer en otras comunidades. Aún así, las negociaciones entre ambos partidos se limitaron a un par de llamadas y un encuentro fugaz casi al límite antes de que se celebrase el pleno en que se elegiría la Mesa de la Asamblea, un día clave. En todo momento la dirección nacional del partido de Abascal fue la que tomó las decisiones de cómo actuar en la región extremeña dejando a un lado a su representante autonómico, Ángel Pelayo Gordillo.

Y ese día clave la política saltó por los aires. PP y Vox llegaron a la cita sin acuerdo y con gran tensión. La ultraderecha mantenía su exigencia de tener consejeros en la Junta y Guardiola se negaba.

La ruptura entre ambos partidos hizo que cada cual se votase a sí mismo a la hora de elegir al nuevo presidente de la Asamblea de Extremadura, por lo que el cargo cayó en manos del PSOE.

Tras esa puesta en escena, con el foco mediático de todo el país alumbrando la comunidad, Guardiola dio la rueda de prensa donde pronunció las palabras que la convirtieron en ese momento en heroína nacional: «No puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista», dijo, entre otras cosas. Las declaraciones retumbaron en todo el panorama nacional. Extremadura entraba en una encrucijada política y la líder del PP ya no descartaba la repetición electoral.

Desde Madrid

Pero los días fueron pasando y las direcciones nacionales de ambas formaciones entraron de lleno en el conflicto. El tono de tensión se fue rebajando hasta que Guardiola anunció que sí había pacto y que Vox tendría una consejería. Una pequeñita (llamada de Gestión Forestal y Mundo Rural, formada por direcciones generales que salían de Agricultura), pero la ultraderecha sí se sentaría en su Consejo de Gobierno.

A partir de ahí Guardiola pidió que se la juzgara por su trabajo como presidenta de la Junta.

Lo cierto es que unos dos meses después de que arrancara el nuevo gobierno de coalición, este tuvo que gestionar su primera crisis precisamente por la dimisión de la titular de Vox, Camino Limia, provocada por su propio partido. La sustituyó Ignacio Higuero, que ya era director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca dentro de esa consejería.

La prueba de fuego de un gobierno sin mayoría absoluta es la aprobación de los presupuestos. El PP ya ha presentado sus cuentas para 2024 y Vox ya ha anunciado que las apoyará. Ese escollo ya está superado. Queda toda la legislatura por delante.

Tres mujeres en los tres poderes públicos

El poder legislativo, el ejecutivo y el judicial tiene rostro de mujer en Extremadura. Es la primera vez que ocurre en la región y además en un caso casi excepcional en el resto del país. Al frente de la Asamblea de Extremadura está la socialista Blanca Martín, que repite en el cargo. A los mandos de la Junta se ha estrenado la popular María Guardiola, que además es la primera mujer que ejerce de jefa del Ejecutivo en la comunidad autónoma. Y las riendas del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) las lleva María Félix Tena.