Reacciones de las asociaciones vecinales donde hay fuente clausuradas

Tranquilidad en dos de los barrios de Cáceres más afectados por el brote de legionela

La asociación de Mejostilla sí se muestra muy crítica por la falta de información oficial por parte del ayuntamiento

Vistahermosa ve que la gestión es pertinente y para Montesol no hay nada que objetar, pero sí pide más mantenimiento   

Joaquín Valhondo, junto a una de las fuentes clausuradas en Montesol.

Joaquín Valhondo, junto a una de las fuentes clausuradas en Montesol. / CARLOS GIL

Los presidentes de las asociaciones vecinales en las que la investigación epidemiológica por legionela ha obligado a clausurar un total de ocho fuentes están a la espera de la evolución del brote que ha surgido este verano en Cáceres. Joaquín Valhondo, en representación del barrio de Montesol; Francisco González, por Vistahermosa; y Antonio Pino, por Mejostilla, explican cómo están viviendo la situación en sus zonas y dan su opinión sobre las decisiones que han tomado en los últimos días.

Valhondo y González relatan que existe una relativa tranquilidad entre los vecinos de sus barriadas, sobre todo tras la explicación que se ha trasladado a los mismos sobre qué es la bacteria, cómo se puede contagiar una persona y las medidas que se tomarán para tratar de averiguar el foco, pese a que es un proceso largo hasta encontrarlo. «Nadie tuvo miedo a la enfermedad, simplemente estábamos expectantes ante lo que publicasen los medios de comunicación», dice González. «Nos pidieron paciencia para poder trabajar. Nosotros no tomamos ninguna medida, sólo acatamos lo que nos dicen desde el ayuntamiento», relata Valhondo.

Mientras, Pino sí que se muestra crítico con la gestión del consistorio desde el día en que se cerraron las fuentes: «No tengo ningún tipo de información por parte del ayuntamiento, nadie nos ha dicho nada de manera oficial». «Una vez que se confirmó que la ciudad estaba viviendo un nuevo brote de la enfermedad, desde la directiva les pedimos a todos los vecinos que extremasen las precauciones y no utilicen ninguna fuente hasta que desapareciese o se nos comunique que ya es seguro beber», cuenta sobre las medidas que adoptaron.

Desde la representación de los vecinos de Mejostilla exigen «actuaciones contundentes» para frenar su avance desde el primer momento: «Si hay el más mínimo peligro, tienen que cerrar todas las fuentes para evitar problemas». Algo que le reclama al alcalde es «una mayor comunicación cuando aparecen estos temas para que les explique qué pasos han de seguir» y reconoce no haber conocido qué fuentes de su barrio eran las afectadas hasta que no aparecieron en la prensa.

González explica que se están llevado a cabo todas las acciones pertinentes para garantizar que no se expanda el brote: «Están trabajando con lo que indica la ley, hay que hacer una toma de muestras, volver a chequear por si hay crecimiento, hacer tratamientos de choque con cloro y volver a hacer los mismos análisis para estudiar si ya no está en las fuentes». Afirma que es algo que no se puede controlar y no piensa que haya fallos en la gestión. «También ocurre en otros lugares donde hay altas temperaturas. Está muy legislado y nadie es responsable de que prolifere la bacteria. Es mala suerte, no dejadez», sentencia.

Desde el punto de vista de Valhondo, y pese a que también considera que «no hay nada que criticar», sí que piensa que «debería haber más mantenimiento porque han dicho varios expertos que, si es el adecuado, se podría prevenir». «Habría que preguntar a todos los afectados por las zonas en las que estuvieron para ver si hay coincidencias. Mi sensación es que ni los especialistas saben de dónde puede haber surgido y prefieren no comunicárselo a la gente hasta que estén totalmente seguros», finaliza.

En Los Fratres, que es el cuarto barrio de la ciudad con una fuente clausurada, no hay asociación vecinal que represente a los residentes, según explicaron desde la agrupación de los colectivos vecinales.

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