Opinión | EL APUNTE

Una cárcel prisionera de su abandono

Otra vez vuelve a la actualidad el uso de un inmueble que está protegido y que lleva 15 años sin una utilidad

Edificio de la cárcel vieja, que tiene su fachada principal en la avenida de Héroes de Baler.

Edificio de la cárcel vieja, que tiene su fachada principal en la avenida de Héroes de Baler. / LORENZO CORDERO

La precampaña electoral devuelve a la actualidad viejos proyecto que nunca se ejecutan, pese a que se haya intentado numerosas veces sin éxito. Uno de ellos es la reordenación de la plaza Marrón, espacio urbano del centro con un potencial, gracias a ser colindante con el Helga de Alvear, que se desaprovecha. Y otro es la cárcel vieja, un inmueble que es prisionero de su abandono. No se hace nada en este edificio y esa inacción tiene como consecuencia que cada vez sea más costosa su rehabilitación.

Hasta hace dos décadas el futuro del edificio de la cárcel vieja estaba escrito y claro: se iba a derribar y en el solar se proyectaba un pequeño jardín, con fachada a la avenida de Héroes de Baler, y un bloque de pisos de tres y cuatro alturas. El más interesado en esto era el entonces Ministerio de Economía y Hacienda, ya que el edificio formaba parte del patrimonio del Estado y en unos años iba a dejar de utilizarse como centro penitenciario. Pero el ayuntamiento aprovechó la revisión del plan de urbanismo para protegerlo. El ministerio alegó. Pero el consistorio lo desestimó y la cárcel vieja quedó dentro del catálogo de bienes protegido. No se tiraba para hacer pisos. 

Futuro, hasta hace dos décadas, que se proyectaba en el solar de la cárcel tras el previsto derribo del inmueble.

Futuro, hasta hace dos décadas, que se proyectaba en el solar de la cárcel tras el previsto derribo del inmueble. / EL PERIÓDICO

El inmueble dejó de utilizarse por Instituciones Penitenciarias hace tres lustros y desde entonces nada. Muchas ideas, pero pocos hechos, y el edificio, poco a poco, se va perdiendo y se convierte en un monumento al abandono.

Hasta ahora el intento más serio para recuperar el edificio se produjo en 2016, tras un acuerdo de la junta local de gobierno del ayuntamiento consistente en solicitar a la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios la cesión gratuita del edificio. Pero solo unos meses después, esa intención se matizó. El acuerdo de que se iba a solicitar la cesión quedó en un interés por esa cesión. La petición quedaba a la espera de definir a qué usos se iba a destinar el inmueble, además se demandaba a la sociedad estatal que sacase la cárcel vieja de la lista de edificios que tenía puestos a la venta.

No obstante, en esa fecha el consistorio ya tenía pensado unos usos: sede administrativa municipal para trasladar servicios que ahora se prestan en el edificio Valhondo y en la plaza de Publio Hurtado, y archivo municipal, además de otros usos de carácter cultural y social. El fin último era crear «una nueva centralidad» en la ciudad y dar un impulso a los barrios del norte cacereño. También se hacía una estimación del coste necesario para la rehabilitación del inmueble: doce millones de euros. Y se calculaba en cinco millones el valor del edificio de la cárcel vieja, que ocupa una superficie de más de una hectárea. Y ahí quedó todo. Desde entonces ha sido Amececa (Asociación Memorial del Cementerio de Cáceres) la que ha capitalizado la llamada de atención sobre el estado de abandono de la cárcel vieja y la propuesta de que sea declarado BIC.

Este viernes, con la propuesta electoral que ha hecho el PSOE (la de la plaza Marrón es del PP), se ha vuelto a hablar de la cárcel viaje, de continuar con ese expediente para la cesión gratuita del edificio de la cárcel (que en su origen fue un inmueble del ayuntamiento). No se habló de usos, tendrá que salir de la participación ciudadana, ni de coste, se dijo que se optaría a fondos europeos, ni de si esa cesión, en vez de ser solo gratuita, fuese con el edificio ya rehabilitado tras tres lustros en el que se ha dejado caer en el abandono.

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