LOS COMERCIANTES DENUNCIAN SU SITUACIÓN: «ESTAMOS VENDIDOS»

El mercado franco de Cáceres dice "basta"

Se fueron a Vegas del Mocho solo para dos años «y allí llevamos once tirados en malas condiciones»

Exigen la rebaja de un 50% de la tasa mientras se busca otro emplazamiento «digno y cuanto antes»

Mercado franco en las Vegas del Mocho. Los vendedores piden que se habiliten más espacios (hay autónomos que llevan años solicitándolo) y aseos en condiciones, mientras se busca otra ubicación.

Mercado franco en las Vegas del Mocho. Los vendedores piden que se habiliten más espacios (hay autónomos que llevan años solicitándolo) y aseos en condiciones, mientras se busca otra ubicación.

Cáceres no merece tener «un mercado tercermundista perdido en el ‘Mocho’». Y no lo merece «porque no es lugar ni para los vendedores ni para los ciudadanos». Allí fue trasladado en 2012 el mercado franco que se celebra cada miércoles, con el recelo de los ambulantes, y allí se quedaron con menos público y con prácticamente ningún servicio, a la espera de un próximo traslado que siempre se ha anunciado y que no ha llegado en once años. Ocupa un terreno propiedad de una promotora privada para la construcción de viviendas (no han podido iniciarse), y ni por esas el ayuntamiento ha conseguido orquestar una mudanza a otro emplazamiento.

«Nos dejaron allí tirados hace doce años y nadie imagina el daño que se ha hecho a los vendedores. No podemos seguir así. Nos asfixiamos en verano, nos mojamos en invierno, sin arbolado, sin protección para el viento o el frío, sin querer pensar en que un miércoles caiga un tráiler por ese puente de la ronda Norte, Dios no lo quiera, con todo el mundo allí debajo». Así lo explica la Asociación de Comerciantes Autónomos de Extremadura (Acaex), que engloba a cientos de profesionales, por boca de su presidente, Julián Cruz.

El problema es que estos vendedores saben que el traslado no será rápido. No lo hicieron ni el PP ni el PSOE en los años precedentes. Por mucho empeño que pusiera el nuevo Gobierno local (de momento solo se ha reunido una vez con los comerciantes), «somos conscientes de que llevará 3-4 años porque nosotros mismos queremos que se elija un lugar bien pensado, con adaptaciones logísticas y de urbanismo, digno para la ciudad». Una decisión en la que, por cierto, Acaex espera tomar parte, que se consensue entre todos los implicados. Pide que el proceso empiece cuanto antes.

Cobrar acorde al sitio

Mientras tanto, y ahí viene la cuestión, los vendedores también saben que les queda una larga temporada en ‘Vegas del Mocho’, y no están dispuestos a seguir «pagando las culpas de todo». Por eso, exigen «que nos cobren acorde al sitio en el que estamos». Y es que precisamente las tasas por ocupación del suelo cuestan en Cáceres «el doble que en el resto de mercadillos de Extremadura», ya que el ayuntamiento cobra unos 1.000 euros al año por cada seis metros. «Duplica por ejemplo la tasa de Badajoz, donde hay más población, más clientela». Sin olvidar que el emplazamiento «no vale para nada porque el ‘Mocho’ está abandonado, lleno de pastos y escombros».

«Ya que nos llevaron allí, y allí nos dejaron vendidos», los ambulantes reclaman una reducción del 50% de la tasa de suelo, «no de ningún otro pago, sino de ése, que es el que vemos totalmente injusto». Instan al PP a que lo haga desde el Gobierno municipal, porque fue el PP el que, desde la oposición, defendió esa rebaja de la tasa en la pasada legislatura. «Lo pidieron a los socialistas en un pleno y ahora deben ser coherentes, tomar una determinación lo antes posible», inciden desde Acaex.

Pero además, hacen falta algunas adaptaciones para seguir en ‘Vegas del Mocho’ con cierta dignidad. «Fuimos para dos años y llevamos once, en un hoyo donde nos asamos de calor y nos corre el agua por los pies». Reclaman unos aseos en condiciones para público y trabajadores, no los cubículos actuales. Demandan un entorno más cuidado para que no ocurran incidencias como la del pasado miércoles, cuando algunos comerciantes denunciaron en un vídeo el «insoportable» olor que salía de uno de los tragantes, donde estaban obligados a permanecer toda la mañana. Al menos, eso sí, les han escuchado con el tema de los aparcamientos y ya se permite al público estacionar en las calles próximas, que estaban vetadas. La gente tenía que buscar hueco y luego caminar un trecho.

CUATRO UBICACION ES UN CUARTO DE SIGLO

El mercado franco tuvo unos inicios arrolladores. Comenzó en 1977 en el Camino Llano, en pleno corazón de Cáceres, que se ponía a reventar con público llegado de toda la ciudad y de la provincia. Los ciudadanos iban y venían cargados de bolsas porque el mercado era un chollo. En precios nunca ha tenido competencia.

Ya en los años 80 se decidió su traslado. Se supone que hay que hacerlo periódicamente para no cargar las molestias de un evento de estas dimensiones siempre en el mismo entorno. Por ello, en 1988 se inauguró en el Rodeo con más espacio, aunque con un ligero descenso de público. A finales de los 90 llegó la tercera mudanza a la ronda de la Pizarra, que al principio disgustó por la lejanía pero luego concentró a miles de personas y resultó un éxito. El cambio a Vegas del Mocho llegó en 2012 y nunca ha contado con las simpatías de los vendedores.

Pero también necesitan más espacio para «capear» el temporal económico mientras el mercado siga en este enclave. Es otra de sus reclamaciones prioritarias, de la que depende la «subsistencia» de muchos puestos en Cáceres, según Acaex. Tras la pandemia, estos vendedores consiguieron que se suprimieran algunas calles inoperantes en las inmediaciones de Induyco, por donde pasaba menos público (y los ambulantes no lograban ingresos). «Planteamos al ayuntamiento ampliar la calle principal del mercado en línea recta hasta los pisos del fondo, se autorizó y ahí entramos todos», recuerda Julián Cruz. La cuestión es que quedan todavía libres muchos metros hasta el final, «muy necesarios para poner nuevos puestos de personas que necesitan trabajar, y para ampliar los que ya están».

Los vendedores se sienten «engañados» porque hubo un compromiso en la pasada legislatura y esta petición finalmente no se atendió. La consideran crucial: «Cáceres es uno de nuestros bastiones de venta, igual que Badajoz o Mérida, y hay muchos comerciantes con puestos de solo 3 metros desde hace demasiado tiempo, porque como nos llevaron a ‘Vegas del Mocho’ de modo provisional y la zona no era buena, no querían arriesgar para dos años». El asunto es que con un espacio de venta de 3 metros, al precio que están las tasas y el gasoil, «no les da para tirar adelante, necesitan 6 metros mínimo».

Otros comerciantes autónomos también llevan años solicitando un puesto en Cáceres y no lo logran. «Allí queda terreno libre suficiente. Dice la ordenanza de la Junta que mientras haya espacio, las solicitudes deben atenderse». De hecho, hace seis meses, la policía hizo un chequeo y multó con 1.800 euros a los vendedores que se habían instalado sin licencia. «Son autónomos dados de alta, una lástima que habiendo sitio no les dejen trabajar».

Porque Cáceres tiene otros condicionantes especiales. «Se trata del único mercado que nos exige un seguro de responsabilidad civil de 300.000 euros de cobertura», lo que supone unos 40-50 euros al año, que se añaden a tasa de suelo, autónomos y otros gastos. Ello también provocó que algunos puestos se retiraran del mercado mientras estaba «temporalmente» en Vegas del Mocho, puesto que para otras ciudades disponen de seguros menores de 200.000 euros. «Por supuesto desde Acaex siempre abogamos porque todo el mundo esté con los papeles en regla, con todo legalizado, pero el mercadillo ha sido provisional durante años, nos dejaron en la estacada», matiza Julián Cruz.

La venta ambulante no está para muchas más eventualidades. Desde julio, los comerciantes llevan varias subidas consecutivas de gasoil, «y el 90% de los que acuden al mercado franco de Cáceres son de otros puntos de Extremadura», con lo cual, a las tasas de este mercado, al seguro, y a la falta de condiciones, «hay que sumar el desplazamiento». Para que luego llueva o llegue una ola de calor y falte el público.

«Aquí no nos escuchan»

Las cosas no vienen bien desde la pandemia. El gremio lamenta una vez más que el único mercado donde no recibieron ninguna ayuda durante el covid fue Cáceres. En Badajoz les suprimieron la tasa un año, en Almendralejo y Zafra han sido tres, en Montijo dos años y en Mérida les han concedido una ayuda de 1.000 euros en 2022 y 2023. «La nueva alcaldesa de Don Benito ya ha hablado con nosotros sobre la necesidad de reducir la tasa, actualizar las ordenanzas y decidir si se cambia el mercado a donde estaba antiguamente, que se vendía más. En otros sitios nos escuchan pero en Cáceres eso no ocurre. Ni siquiera contaron con nosotros para hacer las ordenanzas». De hecho, Acaex se sienta en la mesa sectorial en Badajoz como miembro de pleno derecho, «y en Cáceres todavía esperamos que nos llamen».

El traslado del mercadillo, que nunca llega, lo consideran el mayor ejemplo. «Nos han venido engañando desde 2012, parece ser que de la última opción de Charca Musia no hay nada listo, fue una fantasía». Tampoco les ofrecen nada nuevo. Durante la primera y hasta ahora única reunión con el Gobierno local, solo les han dicho que se buscarán alternativas y que hablarán con los técnicos. «Siempre las mismas vueltas, los técnicos son los mismos, ¿por qué no hacemos ya una mesa redonda, vemos opciones y avanzamos?», inquiere el presidente de Acaex.

Al ferial, nunca

Los vendedores estaban satisfechos con la posibilidad de Charca Musia, también con la que se barajó detrás Mercadona, en Mejostilla, «pero ya hemos dicho que bajo ningún concepto nos vamos al ferial, antes preferimos que no haya mercado».

Sea como sea, consideran que la situación actual es «de vergüenza» para una ciudad Patrimonio de la Humanidad. «Debería tener un mercadillo bueno como otras ciudades, incorporado a su oferta turística, que fuera un reclamo, que saliera en las guías turísticas...», concluyen los vendedores.

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