EL APUNTE

Charca Musia en Cáceres, un puzzle con piezas que no encajan

Es el espacio en suelo urbano que más está costando ordenar porque aquí sí se empezó la casa por el tejado. Ahora empresarios y familias vuelven a unirse para intentar la mejora del polígono. No será fácil, ninguna de las soluciones planteadas en las tres últimas décadas por ayuntamiento e industriales de la zona ha salido

Dos hombres transitan por una calle del polígono, sin asfaltar porque, posiblemente, es un vial que no está planificado.

Dos hombres transitan por una calle del polígono, sin asfaltar porque, posiblemente, es un vial que no está planificado. / CARLOS GIL

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

"Habida cuenta de las circunstancias que concurren dentro del área de la Charca Musia es obvia la máxima urgencia del ayuntamiento, no solo por la necesidad imperiosa de solucionar los problemas derivados de la insalubridad y la carencia de servicios urbanísticos de la zona, sino también por la necesidad inferida de dar cumplimiento al programa de actuación del plan de urbanismo de Cáceres". Este texto tiene veinticinco años, es parte de la memoria del plan de reparcelación de Charca Musia que se estaba tramitando en 1998, en lo que fue uno de los muchos intentos para ordenar este polígono con el reparto de cargas y beneficios entre los propietarios de los terrenos. 

Pero este texto, con sus afirmaciones, puede valer para esta misma semana en la que, otra vez, empresarios y vecinos que residen o que tienen su industria en este polígono se han unido para pedir que se dote al mismo de servicios. En definitiva, que se ordene.

Charca Musia y Polígono Ganadero son, probablemente, los dos espacios en suelo urbano que más está costando ordenar. El caso de Charca Musia es incluso más incomprensible, mucho más difícil de entender. Estamos hablando de un espacio de más de 30 hectáreas que hasta 1995 se destinaba a la construcción de viviendas y eso que ya entonces había sobre su superficie naves empresariales, que se empezaron a levantar, sin orden ni planificación, en los años sesenta y setenta del pasado siglo.

Lo correcto, o lo normal, es que primero se planifique en la normativa urbanística dónde se sitúan los espacios que se destinan a cada uso: residencias, áreas verdes, empresas, industrias..., que luego la administración o los propietarios del suelo se pongan de acuerdo para urbanizar las calles y dotar a la zona de servicios básicos y, por último, construir las naves o levantar los pisos.

Pero en Charca Musia se empezó al revés, primero se hicieron las edificaciones y después se ha intentando, sin mucho éxito, dotarlo de una urbanización adecuada. Haber empezado la casa por el tejado explica lo ocurrido.

Y es que además hasta 1995 el terreno era para usos residenciales, que era la planificación que se estableció en el plan general de urbanismo de 1985, diez años después se modificó y se reconoció lo que había: naves empresariales, el uso dominante pasó a ser el industrial. Desde entonces al ayuntamiento no se le puede negar que ha intentado poner orden en el polígono, que tenga calles con todos los servicios que debe tener un área empresarial. Buscó hacerlo directamente:los dueños del terreno y naves aportaban sus propiedades al ayuntamiento que se encargaba de la urbanización repercutiendo su coste entre los propietarios.

Pero la cantidad de alegaciones que se presentaron cuando se tramitó el proyecto de reparcelación hicieron que se desistiese. Después los propietarios, a través de la asociación de vecinos, pidieron el cambio de sistema, de una ejecución de la urbanización pública y directa a otra privada e indirecta, entre ellos se tenían que poner de acuerdo para asumir la urbanización. Esto último, que no se llegó a plasmar en el plan de urbanismo, fue hace una década y desde entonces poco más ha habido.

Ahora hay una nueva reclamación para poner orden. La clave estará en cómo hacerlo sin alterar mucho lo construido y, sobre todo, en saber quién tiene capacidad económica para afrontar el coste.  

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