El Periódico Extremadura

El Periódico Extremadura

UN TSUNAMI DE NURGUERS: AUTÓNOMOS FRENTE A FRANQUICIAS NACIONALES E INTERNACIONALES

Cáceres: hamburguesas de David contra Goliat

La llegada a la vez de tres grandes cadenas pone en jaque a un sector de pequeños negocios en Cáceres. Los establecimientos locales hacen frente con trato personal, cocina casera y materia prima de la tierra

‘Burguer Dino’ es el gran superviviente de las primeras hamburgueserías cacereñas. Abrió hace 40 años y ha superado sin problema la competencia de gigantes como ‘Burger King’ y ‘McDonald’s’. Ahora llegan VIPS, Goiko y TGB, pero ‘Dino’ confía en sus recetas. CARLA GRAW

El otoño se ha iniciado en Cáceres con la llegada de un tsunami de grandes marcas de hostelería relacionadas con hamburguesas de etiquetas bastante conocidas. Ha sido un atracón de estrenos en una ciudad un tanto parca en franquicias nacionales e internacionales. A la presencia de las dos grandes, ‘Burger King’ y ‘McDonald’s’, se acaban de unir casi al unísono, y en lugares estratégicos, la cadena VIPS (Centro Comercial Ruta de la Plata), Goiko (avenida de España) y TGB (Santa Joaquina de Vedruna).

Parece un precedente de lo que ocurrirá cuando comiencen a abrir las nuevas superficies ya previstas (Way, La Calera, parque de medianas de Bogaris…), que contemplan franquicias comerciales de peso y también propuestas de hostelería. Ya dijo el comercio local que «hay que ponerse las pilas» para ese momento. Y ese momento ha llegado ahora para las hamburgueserías locales, con un derroche de nuevas inauguraciones. Por ello, el Periódico EXTREMADURA ha querido ponerse en contacto con algunos de los burguers que funcionan en Cáceres a manos de autónomos que trabajan para llenar sus mesas a diario, sobre todo ahora con una inflación que acosa sus cuentas. En principio, su dedicación personal al cliente y sus productos caseros les brindan cierta seguridad para no temer una emigración del público a las grandes cadenas. Ellos lo cuentan mejor que nadie.

En ‘Burguer Dino’ lo tienen claro. «A mí esos nuevos locales no me preocupan especialmente, porque no podemos competir con hamburguesas de 15 euros. Tenemos nuestro producto a un precio bastante asequible y de calidad. Se miden entre ellos, nosotros vamos día a día, paso a paso», explica Raúl Leo Rodrigo, responsable de este negocio familiar. «No podemos andar mirando qué hacen los demás porque al final es la gente la que decide dónde quiere ir, y por tanto hay que seguir trabajando como hasta ahora. En 38 años he visto abrir y cerrar negocios y nosotros seguimos aquí».

Hace ya cuatro décadas que dos socios montaron este burguer alentados por la ‘nueva moda’ de las hamburguesas, pero no debieron dar con el quid y en dos años lo traspasaron a los padres de Raúl, quien siempre les ha ayudado en el negocio y ahora lo regenta en solitario.

No es el mejor momento. Más que la llegada de las nuevas franquicias, «lo que está afectando es la subida de los precios, que recorta el gasto familiar». Y ello después de dos años «malos» de pandemia. «Pero nosotros seguimos luchando para mantenernos, vamos poco a poco». Raúl desvela que el negocio funciona porque aplican los principios de siempre: «Mucho sacrificio, personalmente entre 65 y 70 horas semanales de trabajo, y precios baratos. Por 10 euros o menos has cenado muy bien con tu hamburguesa o tu sándwich, patatas, refresco...».

Materia prima local

Y todo casero. Y todo kilómetro cero. «Nosotros compramos la materia prima (pollo, carne, verduras...) en el comercio local, preparamos los guisos cada día, el pan viene por la mañana de una panadería cercana, lo que se come aquí, se queda en Cáceres», dice Raúl. «En definitiva, más que temer a las grandes cadenas hay que elaborar un producto bueno, con poco margen y muchas horas».

A lo largo de los años han optimizado tanto el trabajo en ‘Burguer Dino’ que calculan el tiempo de cada pedido y se lo transmiten al cliente. «Hay cosas en las que no puedes fallar». Así se han labrado una clientela fija, tanto familias, como parejas y jóvenes. Luego están las temporadas, distintas en cada local. ‘Burguer Dino’, por ejemplo, se ubica en el corazón de Cáceres (Plata de Osma) pero esa localización le impide tener terraza. «Nosotros pasando la feria de Cáceres, cuando llega el calor, entramos en una época un poco más floja, la gente quiere alimentos más frescos, pero afortunadamente es cíclico y en cuanto regresa el fresco volvemos a llenar». De hecho, el nivel de público es tal que no se puede reservar.

«Aguantamos todo porque ofrecemos un precio asequible», afirma Raúl. Y aunque han tenido que subir algo más de un euro cada preparado en los últimos tiempos (las facturas de la luz se han elevado de 300 a 1.000 euros), el atractivo de su mítico sándwich de pollo y su hamburguesa especial siguen siendo la referencia de ‘Dino’. «Ahí resistimos porque todo se está poniendo prohibitivo, hay que ver la gran cantidad de locales vacíos en Cáceres», dice preocupado.

Pero hay quien se atreve incluso a emprender en estos tiempos complicados…, y con éxito. Es el caso del cacereño Juancho Mariño, propietario de ‘Delirium Burguer’, que abrió sus puertas el pasado mayo en el parque de Las Malvinas (confluencia de la ronda de la Pizarra con la avenida de la Hispanidad), en medio de una agradable arboleda que ha dado alas al negocio este verano, llegando incluso a tener siete empleados. Inició su aventura cuando el desembarco de las grandes cadenas de burguers ya se estaba anunciando en Cáceres, pero no se arredró porque contaba con los mejores aliados: «Los productos gourmet de la tierra».

«Desde hace años venía barajando la idea de crear una hamburguesería con productos extremeños de calidad. Tengo un amigo en Salamanca que se atrevió a llevar adelante una idea parecida y ya ha abierto 17 locales franquiciados en Madrid. Nos gusta el mismo estándar de calidad, de manera que he dado al paso y francamente no me va mal. Inauguramos el 5 de mayo y hemos llenado en las noches de verano las 25 mesas de la terraza. Ya estoy viendo incluso locales en Sevilla y Madrid para crear una franquicia», desvela animado.

Cuando muchos temen el cierre, hay quien se atreve a abrir desde cero. Juancho Mariño inauguró en mayo ‘Delirium Burguer’ en el parque de Las Malvinas de Cáceres, donde ofrece hamburguesas gourmet. Ya busca locales en Madrid y Sevilla para extender su negocio. CARLA GRAW

Juancho Mariño es un emprendedor nato. Titular de una empresa constructora, también ha fundado otros negocios como apartamentos turísticos y ahora está volcado con ‘Delirium Burguer’. «Tenía claro el concepto: un producto casero, nada precocinado, aquí todo se ejecuta y se elabora sobre la marcha». Confiesa uno de sus grandes secretos: «Trabajamos con la Carnicería Justi, muy valorada en Cáceres, casi todas las hamburguesas son de lomo alto de ternera porque no mezclamos la carne. Luego aplico mi aliño, mi pócima mágica, y agregamos los mejores productos como jamón de Joselito, pan brioche especial…».

De este modo, Juancho Mariño hace frente a la avalancha de hamburguesas de firmas muy comerciales que ha inundado la capital cacereña este otoño, «y la verdad, no nos va nada mal. Es cierto que en septiembre se ha notado un poquito la bajada del público por la vuelta al cole y muy posiblemente por la apertura de las nuevas hamburgueserías, es normal, a la gente le gusta probar y luego decide».

«Esa es otra guerra»

En cualquier caso, continúa Juancho Mariño, «yo creo que si hacemos bien nuestro trabajo podemos estar tranquilos. Las grandes cadenas tienen muchos empleados, ocupan sitios muy estratégicos y pagan alquileres altísimos. Deben facturar una barbaridad, esa es otra guerra. Cáceres tiene sus pequeñas hamburgueserías que son fabulosas a buenos precios, con otros márgenes, otros cálculos…», afirma el empresario, que ya está aclimatando una terraza exterior con 14 mesas para el invierno.

Además, los negocios locales también aplican sus estrategias. Juancho, por ejemplo, ofrece también hamburguesas de búfalo y angus, y alternativas veganas, todo ello con patatas fritas cortadas a mano y fritas en aceite de oliva ‘La Chinata’, «que a la gente le recuerdan a las que hacen sus abuelas». El servicio a domicilio es gratuito cuando se llama directamente al local (la comisión se repercute al cliente) e incluye postres gratis.

Estrategias que aplican también en ‘Ripley’, a un paso de la plaza Mayor (calle Gabriel y Galán), donde la hamburguesa de Torta se ha convertido en todo un reclamo desde que entró en la carta la pasada Navidad. «Es un producto muy de aquí. Le ponemos tomate deshidratado, canónigos, por supuesto la carne y el queso. Es una delicia», describe Oliver Martín, titular del negocio junto con Alejandro Palacio. Ambos decidieron abrir el local hace seis años cuando trabajaban en un establecimiento de la plaza y supieron que iba a cerrar ‘Istorki’. «La zona se quedaba sin un espacio donde saborear hamburguesas, perritos…, y decidimos abrir ‘Ripley’».

Cocinan bocadillos, sándwiches, perritos… Pero lo más demandado son las hamburguesas, hasta seis tipos distintos, algunas combinadas con buenos quesos (especialidad de la casa) y una vegana que está dando bastantes alegrías al local porque gusta su composición de soja texturizada y varias verduras. «Por nuestra ubicación recibimos algunos turistas, pero sobre todo gente de Cáceres. Tenemos hecha una clientela local desde hace años y de momento no estamos notando la apertura de las nuevas franquicias, seguimos vendiendo más o menos igual, aunque hay que reconocer que estas marcas siempre llegan con más fuerza que el pequeño negocio», declara Oliver Martín. 

«De todos modos ni siquiera son nuestra competencia --apunta--, no podemos luchar contra Burger King, McDonald's, TGB, VIPS... Hablamos de otro tipo de negocios con mucha facilidad de llegar al cliente, con otros precios. Nosotros, a lo nuestro. Creo que con un público más o menos afianzado, si continuamos centrados en el trabajo, vamos a seguir adelante», subraya.

En la plaza Mayor, y con una decoración de cine, Oliver Martín y Alejandro Palacio llevan 6 años regentando 'Ripley', que ofrece creaciones tan singulares como la hamburguesa de Torta. CARLA GRAW

¿Y qué es ‘lo nuestro’? Según Oliver, el éxito de un pequeño negocio consiste en «atender bien a los clientes». En ‘Ripley’, a muchos ya les conocen por su nombre, son habituales, forman parte de la casa. «No queremos desprestigiar a los que trabajan en las grandes franquicias, ni mucho menos, pero es verdad que nosotros tenemos una atención más personal, menos automatizada. No podemos comprometernos a entregar una hamburguesa en cuatro minutos, pero a cambio lo compensamos con una buena atención y con un producto muy fresco», señala. Además, el local está ambientado en el cine de los años 80 y 90, con una decoración acogedora, lejos de la frialdad de las grandes franquicias donde todos los establecimientos son iguales, más impersonales. «La verdad es que el local se lleva más fotos que los platos», ironiza Oliver.

Nada congelado

Asimismo, un negocio de este tipo debe intentar «que el cliente se vaya satisfecho con los platos». Por eso, en ‘Ripley’ también apuestan por «un producto local, nada congelado». «Toda la materia prima sale de Cáceres», destaca. El coste forma parte de sus ventajas: «Por 10 euros, incluso menos, tienes la hamburguesa, la bebida, las patatas…». No obstante, ‘Ripley’ deberá ajustar los precios «un poquito» porque «es imposible aguantar los gastos actuales. Hemos estado pagando 1.800 euros de luz este verano». A ello se añade el salario de la cocinera, la subida de los alimentos y los años flojos del covid, «en los que pudimos sobrevivir porque la gente nos respondió con el reparto a domicilio». 

Compartir el artículo

stats