LA ENÉSIMA OPCIÓN: ESTA VEZ SE TRATA DE UNA INICIATIVA PRIVADA, CON VOLUNTAD, EN TERRENO PÚBLICO

El Aeroclub de Cáceres ya tramita abrir un aeródromo para zanjar una deficiencia crónica

Gestiona su puesta en marcha con fondos propios sobre 6 hectáreas cedidas por Valdefuentes a 27 kilómetros de Cáceres

Tras el fracaso de la Cervera y los Arenales, los socios han decidido dar este paso sin esperar más proyectos públicos, tras décadas con la provincia aislada por aire

Proyecto del futuro aeródromo sobre seis hectáreas de terreno cedido por Valdefuentes.

Proyecto del futuro aeródromo sobre seis hectáreas de terreno cedido por Valdefuentes. / CEDIDO POR EL AEROCLUB DE CÁCERES

Después de medio siglo de proyectos sucesivos para dotar a Cáceres de un campo de vuelo, un aeródromo o un aeropuerto, nada de ello ha prosperado en el municipio más grande de España (1.750 km²) por problemas para encontrar el espacio adecuado. Curioso. Se trata de la única ciudad del país, y una de las pocas de Europa del entorno de los 100.000 habitantes, que no tiene ninguna infraestructura próxima donde pueda despegar o aterrizar un ultraligero, ni qué decir un transporte de mercancías, correos o pasajeros (caza, congresos, avistamientos de aves...). Cansados de esta situación, de ver su actividad continuamente cercenada y paralizada, los socios del Aeroclub de Cáceres han decidido sacar adelante un aeródromo en principio con sus fondos, sobre 6 hectáreas cedidas por el Ayuntamiento de Valdefuentes, al que agradecen esta salida a sus problemas. Y afirman que, cuando esté listo, abrirán su uso a quien lo precise.

El año 2022 fue quizás el más aciago de la frustrada historia aérea de Cáceres. En mayo se conoció la Declaración de Impacto Ambiental negativa para el aeródromo de los Arenales por parte del Ministerio de Transportes, y en agosto se prohibió volar en la Cervera. Cansados, mejor dicho, «hartos de esperar proyectos políticos que nunca se han hecho realidad», los socios del Aeroclub de Cáceres, que ahora tienen que viajar hasta Almendralejo o Valverde de Leganés para volar con sus ultraligeros, se interesaron por el ofrecimiento del alcalde de Valdefuentes, Álvaro Arias Rubio.

Este edil, al conocerse el frenazo de los Arenales, puso a disposición de la Junta de Extremadura los terrenos necesarios para la construcción de un aeródromo en su municipio. «Como ya hemos dejado de esperar nada de las administraciones, después de años y años de proyectos que no iban a ningún lado, solicitamos directamente una entrevista con Álvaro Arias, le contamos nuestras peripecias y le pedimos un espacio donde poder volar por fin en la provincia. Nos cedió 6 hectáreas. No podemos estar más agradecidos», relata Diego Andrada, presidente del Aeroclub de Cáceres y un referente en el mundo de los ultraligeros (fundó su propia fábrica de construcción de modelos de última generación).

«El Ayuntamiento de Valdefuentes lo ha hecho todo muy rápido, ejemplar. Ya hemos iniciado los trámites para poder legalizarlo como aeródromo y helipuerto, que serán largos. De momento tenemos los permisos de Aviación Civil y del Ministerio de Defensa. En concreto, Aviación Civil nos autoriza como campo eventual, que tiene muchas limitaciones, pero al menos ya podemos darle algún uso», precisa Diego Andrada, quien valora especialmente la ubicación al pie de la Ex-206 (Cáceres-Villanueva de la Serena), en el término de Torremocha, pero en una finca propiedad de Valdefuentes.

«Ahora estamos emprendiendo el proceso medioambiental que durará un par de años en el mejor de los casos y que corresponde al Ministerio de Medio Ambiente. Es importante su ubicación fuera de zona ZEPA, una protección que hubiera impedido cualquier avance, como ha ocurrido con la Cervera», lamenta.

En este proceso, los socios del Aeroclub de Cáceres, entidad con 38 años de trayectoria, han aportado fondos de su propio bolsillo para ir cubriendo las gestiones tendentes a la legalización del terreno como aeródromo: los honorarios del ingeniero aeronáutico responsable del proyecto, el cerramiento del perímetro de la propia finca y la adecuación de la entrada. «En cuanto lleguen los permisos, en este caso del Ayuntamiento de Torremocha, que está en ello, podremos meter allí las máquinas, alisar el terreno y empezar a usarlo como campo eventual», explica el presidente. Y en el momento en que se obtuviera el permiso medioambiental y se autorizara el proyecto, ya se podría asfaltar la pista. Para empezar se mantendrá en hierba, «que para nosotros no supone nada porque así llevamos toda la vida».

«Somos más de setenta personas con muchas ganas de apoyar el proyecto y de seguir adelante, porque si dependemos de las instituciones extremeñas ya sabemos que no lo vamos a conseguir», prosigue Andrada. De hecho, revela que se han entrevistado con la Consejería de Movilidad y Transportes, y con el anterior equipo de Gobierno municipal de Cáceres, sin recibir ninguna ayuda para su proyecto, tampoco de la Diputación Provincial. En los próximos meses lo harán con los futuros responsables de dichas instituciones. «Al menos pretendemos que conozcan el proyecto, y si quieren apoyarlo, estaremos muy agradecidos, pero nosotros tiraremos adelante como podamos, esta vez queremos que sea realidad».

Afirman que si logran superar todos los trámites, será un espacio al servicio de quien lo necesite

El nuevo espacio estaría abierto a quien lo necesite, «a los deportistas que practican paramotor y si en algún momento se precisa para transporte de pasajeros u otras cuestiones». De hecho, lo que persigue el Aeroclub de Cáceres es recuperar «el gran ambiente que teníamos en la Cervera desde que la Diputación, cuando era titular de los terrenos, nos dio autorización a la Asociación Experimental de Aviación, a la Agrupación Cacereña de Aeromodelismo y a nosotros, hasta que llegaron las multas y las prohibiciones». Tiempos en los que aquel campo fue testigo de las diez Vueltas a Extremadura del Aeroclub, de la escuela de pilotos de ultraligeros, de las concentraciones de aviones, de la llegada de veleros y otros modelos de distintos puntos de España y Potugal, o de los records de distancia que cada verano intentaban varios franceses de ala delta hasta que las sanciones también les afectaron por usar la Cervera.

Diego Andrada, presidente del Aeroclub de Cáceres, nada más aterrizar por primera vez en los nuevos terrenos.

Diego Andrada, presidente del Aeroclub de Cáceres, nada más aterrizar por primera vez en los nuevos terrenos. / CEDIDA

Lo cierto es que el Aeroclub de Cáceres no quiere esperar más. Los ultraligeros han alcanzado un nivel de prestaciones «incluso mejores que las avionetas en algunos aspectos», afirma el presidente. Presentan unas condiciones de navegación muy similares, por lo que están ganando mucho terreno. «Con 200 metros ya pueden despegar, la velocidad de crucero es superior a las avionetas y el costo del consumo se queda en la cuarta parte». Andrada indica que desde Cáceres se tarda una hora a Madrid y poco más de dos a Almería. Él mismo va y viene de Francia en menos de una jornada. El problema es que desde hace un año no hay manera de despegar de la provincia cacereña. «Nos tenemos que ir a Almendralejo o a Valverde de Leganés, en Badajoz, campos con los que tenemos buena relación, conocen nuestro problema y nos echan una mano», agradece el presidente.

Si finalmente el nuevo gobierno del la Junta de Extremadura (PP con apoyo de Vox) retomara la opción de intentar revertir la negativa medioambiental de los Arenales, un espacio estratégico a las afueras de Cáceres, «sería una gran noticia, pero nosotros ya tenemos la decisión tomada de seguir con el terreno entre Valdefuentes y Torremocha hasta el final, porque sinceramente nunca hemos visto otro avance por ningún sitio». De todos modos, Andrada recuerda que, salvo los Arenales, la capital cacereña está rodeada de «unos 25 kilómetros a la redonda en los que el 80% es zona ZEPA, de modo que nuestra opción sería prácticamente la más cercana a la ciudad».

Eso sí, mientras se solventa la larga cadena de trámites para hacer efectivo el nuevo aeródromo, desde el Aeroclub reclaman que les permitan utilizar la Cervera al menos con un permiso eventual (15 actividades al mes). «Esto no le cuesta nada a nadie, pero ningún político es capaz de solicitarlo y ahora solo podemos ver cómo crecen las escobas en un terreno donde se gastaron 125 millones de pesetas en la pista y en los hangares hace 40 años, sin que hoy valga para nada», concluye Andrada. 

Guardiola y Mateos abogan por solventarlo

No obstante, se estrena nueva legislatura con nuevos compromisos. El recién investido alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, pero sobre todo la nueva presidenta de Extremadura, María Guardiola, responsable de cualquier proyecto de infraestructura aérea que se acometa, han manifestado su intención de zanjar esta larga carencia de la provincia de Cáceres, todavía sin ninguna opción de comunicación por aire. «Con el PP, el aeródromo será una realidad», dijo Guardiola en campaña. Falta haría, porque los proyectos al respecto llevan décadas sin materializarse.

Concretamente, Guardiola afirmó que «Cáceres está muy cansada de promesas y realidades cero». Destacó que le daba «vergüenza» escuchar a Fernández Vara decir que Extremadura «tiene alas», cuando Cáceres es «la única capital de provincia sin conexión aérea». «Alas tienen algunos extremeños para marcharse de aquí a buscar oportunidades fuera», dijo, anunciando que Cáceres «verá» hechas realidad esas promesas, refiriéndose con palabras concretas al aeródromo.

Por su parte, el nuevo alcalde del municipio, el también popular Rafael Mateos, ha declarado a este diario, al ser preguntado por el mismo asunto, que el Gobierno de Cáceres considera «fundamental» contar con un aeródromo «para el desarrollo turístico y empresarial de la ciudad». «Éste va a ser uno de los objetivos de los próximos años: pelear con todas las administraciones para que Cáceres pueda disponer de esa infraestructura importantísima», afirma. 

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