EL COMPLEJO SE PROYECTA AHORA EN EL VALLE DE SANTA LUCÍA, ENTRE EL CERRO DE LOS ROMANOS Y LOS POZOS

Vecinos y ecologistas aprueban el nuevo espacio del centro budista junto a Cáceres

Aunque con reservas, lo consideran una oportunidad para revitalizar el entorno y especialmente la mina, un Bien de Interés Cultural en ruinas

Perspectiva de los terrenos sobre los que la Fundación Lumbini ya tiene opciones de compra.

Perspectiva de los terrenos sobre los que la Fundación Lumbini ya tiene opciones de compra. / JORGE VALIENTE

La nueva ubicación del centro budista en el valle de Santa Lucía, entre el Cerro de los Romanos y la mina de Aldea Moret, no encuentra una oposición frontal como sí ocurrió con su primer emplazamiento en Arropez. Hay que decir que el proyecto no genera entusiasmo, principalmente por el tamaño de la estatua del Gran Buda, de casi 50 metros de altura; pero en este caso, los vecinos esperan que sirva de empuje a la revitalización de la zona. Cabe recordar que los pozos del yacimiento y el propio Poblado Minero llevan años esperando una reforma que frene su ruina, sobre todo porque están considerados Bien de Interés Cultural (BIC). Asimismo, desde Ecologistas en Acción expresan su satisfacción por el cambio.

La Fundación Lumbini Garden ya tiene firmadas opciones de compra sobre media docena de parcelas privadas en esta nueva ubicación, y pretende comenzar los primeros trabajos a final de año (antes, el ayuntamiento debe aprobar el plan especial y otorgar licencia). Quiere levantar allí el mayor centro budista de todo Occidente sobre 65 hectáreas. Se trata de un valle sosegado, recogido, que siempre ha transmitido una sensación de paz a las gentes que lo transitan, especialmente vecinos de Aldea Moret y de Ceres Golf. Por ello, no son muy partidarios de su transformación en un gran complejo de construcciones asiáticas, pero entienden que el abandono de la zona sólo tendría remedio por este camino.

Plano de situación.

Plano de situación. / EL PERIÓDICO

«Sinceramente, no me imagino una estatua de ese tamaño en nuestro valle o en el Cerro de los Romanos, no me gusta en absoluto, pero el potencial de los países que respaldan el proyecto, entre ellos China, puede ser muy positivo», explica Francisco Luis López Naharro, presidente vecinal del Poblado Minero, la barriada más próxima al valle en cuestión. De hecho, lleva años luchando por la recuperación de la vieja mina a través de la asociación AMAM. Acaban de plantear un anteproyecto a las instituciones para salvar parte del mayor complejo industrial que ha tenido Cáceres.

López Naharro es consciente de lo ambicioso del proyecto budista. «Si sale adelante, puede resultar beneficioso para toda la zona porque atraería mucho turismo. La mina ya es en sí misma un producto geoturístico de primer orden. No tendría sentido mantenerla en ruinas», indica. De hecho, el acceso principal se haría en principio por el Poblado Minero, a través del camino que lleva a la ermita de Santa Lucía, aunque estos aspectos dependerán del proyecto definitivo.

Potencial

En la misma línea se manifiesta Javier Moreno, presidente de la asociación vecinal Santa Lucía, al sur de Aldea Moret, que linda con el poblado y con algunas infraestructuras del viejo yacimiento. «Primero tenemos que conocer realmente qué, cómo y cuándo se haría el complejo, ahora solo han lazando la primera idea. Pero, con reservas, podría ser una iniciativa buena para la ciudad y para nuestra barriada», señala. «Las minas están catalogadas como BIC, pero ni se mantienen en pie. Puede que el día de mañana, al estar junto al nuevo centro budista, su potencial empujara a la vez a recuperar esta parte tan importante de la historia de Cáceres y Aldea Moret», reflexiona.

Asimismo, María Mojonero, presidenta de la urbanización Sierra de San Pedro (Río Tinto), contigua al Poblado Minero, lamenta que el yacimiento de fosfatos y su complejo industrial «no se preserve por lo que originalmente era». Por ello, ve en el proyecto budista «muchas posibilidades para el barrio, una buena oportunidad para revalorizar una zona de alto valor geominero, que, como se ve, necesita un empujón de este tipo, porque si no parece difícil». De hecho, «el Poblado Minero sería la entrada al mayor centro budista de todo Occidente, y entonces tendría que mejorarse».

Desde La Cañada, otra urbanización muy próxima al futuro entorno budista, su presidente, Juan Carlos San Vicente Marín, alega que la iniciativa todavía no está clara. «En principio iba en un sitio, ahora en otro. Hay que adaptar el proyecto y tampoco se han dado muchos más datos. Aún no tenemos una base para saber si vendría bien o mal. Cualquier inversión siempre es buena, personalmente respeto la idea, pero no la comparto».

Respecto al «empujón» que podría suponer el complejo asiático para revitalizar el entorno, Juan Carlos afirma que «no se debería esperar a este tipo de proyectos a la hora de actuar, y además hay que hacerlo donde viven las personas, antes que todo. Hace años que Aldea Moret y la Cañada reivindican mejoras en calles, carreteras, juegos, pistas, casas de cultura… No comparto que una cosa deba traer la otra. Las inversiones en estos barrios se necesitan hace tiempo».

Sin filtros

Por su parte, Ecologistas en Acción muestra su satisfacción por el traslado del proyecto fuera de la Red Natura, al descartarse el monte público Arropé. Recuerda que el proyecto inicial era «totalmente contrario» a la Orden de 2009 que aprobó el ‘Plan rector de uso y gestión de la Zona de Interés Regional Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes'; así como a la legislación europea para la conservación de la Red Natura y a la jurisprudencia de los últimos años.

«El centro budista afectaba claramente a las unidades paisajísticas de la ZIR (Zona de Interés Regional), consistente en unos resaltes topográficos que rompen la monotonía de la penillanura como es del Cerro Arropé, que forma un 'monte isla' de interés geográfico y paisajístico», recuerda en nota de prensa.

La organización denuncia el «oscurantismo» de las administraciones con este tipo de proyectos y considera que nunca debió presentarse sin pasar el filtro del Consejo Rector de la Zona de Interés Regional Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, exigiendo por ello la dimisión o la destitución de su presidente.